lunes, enero 20, 2025

El efecto arrastre (o efecto bandwagon)

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Durante los años 80 la moda fueron las hombreras, en los 90 los coches familiares, y en los 2000 los móviles inteligentes, entre otras muchas cosas. Las modas nos han acompañado siempre, y además, se han convertido en todo un acontecimiento que explica cómo nos comportamos las personas ante diferentes estímulos y cómo gastamos nuestro dinero. Detallamos qué es el efecto arrastre y cómo influye en nuestro consumo y nuestra salud financiera.

 

¿Qué es el efecto de arrastre o efecto Bandwagon?

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Definición: El efecto bandwagon constituye un sesgo cognitivo que define el comportamiento de las personas cuando hacen y creen ciertas cosas en función de lo que muchas otras personas hacen y creen respecto a esas mismas cosas. El efecto es peyorativamente llamado comportamiento gregario, particularmente cuando es aplicado a los adolescentes. Es decir, cuando todas las personas tienden a seguir a la multitud sin examinar los méritos de una cosa en particular,simplemente porque el resto así lo lleva a cabo.

De forma más coloquial este efecto se conoce con otros nombres como: subirse al carro, efecto de la moda o efecto de arrastre, y está relacionado cercanamente al oportunismo,

El efecto es peyorativamente llamado comportamiento gregario, particularmente cuando es aplicado a los adolescentes.El efecto bandwagon es la razón del éxito del Argumentum ad populum.

El efecto bandwagon está suficientemente documentado en la rama de la psicología conductual, que explica cómo los seres humanos tomamos decisiones o actuamos de la forma en la que lo hacemos y, ciertamente, tal como se comprobará en el desarrollo de este post, este efecto tiene muchas aplicaciones. La regla general es que las conductas o creencias se propagan entre la gente, como claramente sucede con las modas, y cuanto mayor sea el número de personas que actúan de una forma determinada en relación a una moda o tendencia cualquiera, mayor probabilidad habrá de que los demás los imiten sin reparar o reflexionar sobre si es lo correcto o no, con "la probabilidad de que los individuos que la adopten se incremente con la proporción de quienes ya lo han hecho." Cuanta más gente llegue a creer en algo, otros también se subirán al carro sin importar la evidencia subyacente.

Por lo tanto, hace referencia al fenómeno por el cual las personas, de forma natural, tendemos a seguir el ejemplo de otros sin tener en consideración nuestras opiniones o deseos propios. Este hecho se puede aplicar, por ejemplo, a nuestra forma de gastar el dinero, a qué partidos votamos en las elecciones o qué música escuchamos.

Se puede observar en el comportamiento social cotidiano, como fumar porque tus amigos fuman o hacer ejercicio porque tus amigos hacen ejercicio . También se observa a menudo en los campos de la política, el comportamiento del consumidor y las finanzas.

Origen etimológico

El término bandwagon es un anglicismo se traduce literalmente como ‘carro’ o ‘carro de la banda’ el cual surge a mitad del siglo XX inspirado en las campañas electorales y, en un primer momento, hacía referencia a las carrozas con música que usaban los candidatos para llamar la atención de sus votantes mientras daban sus discursos. De esto se entiende que su significado se asocie a un carro que lleva una banda en un desfile, circo u otro espectáculo.

Así las cosas, la frase "salta en el bandwagon" fue usada por primera vez en la política estadounidense en 1848 por causa de Dan Rice, bufón personal de Abraham Lincoln. Dan Rice, un payaso profesional de circo, usó su bandwagon para las apariciones de la campaña de Zachary Taylor para ganar atención al usar música. Conforme la campaña de Taylor se hizo más exitosa, más políticos se esforzaron por conseguir un asiento en el bandwagon, en espera de asociarse con el éxito. Más tarde, en 1900, durante la época de la campaña presidencial de William Jennings Bryan, los bandwagons se habían convertido en el estándar en las campañas, y 'subirse al carro' fue usado como un término desviado que implicaba que la gente se asociaba a sí misma con el éxito sin considerar lo que asociaban a sí mismos con él.

En resumen, la música era lo que tenía el efecto arrastre: gracias a ello, lograban sumar más personas a sus carrozas.

Un efecto que viene de la política

El efecto bandwagon ocurre durante la votación: algunas personas votan por aquellos candidatos o partidos que es probable que resulten ganadores (o que son proclamados como tales por los medios de comunicación), esperando estar en el 'lado ganador' al final. El efecto bandwagon ha sido aplicado a situaciones que involucran a la opinión de la mayoría, como es el caso de los resultados políticos, donde la gente modifica sus opiniones de acuerdo al punto de vista de la mayoría (McAllister and Studlar 721). Un cambio tal de opinión puede ocurrir debido a que los individuos trazan inferencias de las decisiones de los otros, como en una cascada de información.

A causa de los husos horarios, los resultados de las elecciones son divulgados en las regiones orientales de los Estados Unidos mientras los comicios están todavía abiertos en el Oeste. Esta diferencia ha llevado a investigar sobre cómo el comportamiento de los votantes en el oeste de Estados Unidos es influenciado por las noticias sobre las decisiones de los votantes en otras zonas horarias. Así, en 1980, la NBC declaró que Ronald Reagan era el ganador de la carrera presidencial sobre la base de los resultados obtenidos en las urnas varias horas antes que los comicios se cerraran en el oeste.

Varios estudios han puesto a prueba esta teoría del efecto bandwagon en la toma de decisiones política. En el estudio de 1994 de Robert K. Goidel y Todd G. Shields en The Journal of Politics, 180 estudiantes de la Universidad de Kentucky fueron asignados al azar a nueve grupos y les consultaron cuestiones sobre el mismo conjunto de escenarios de elección. Alrededor de 70% de los sujetos recibieron información sobre el ganador esperado (Goidel and Shields 807). Los independientes, que fueron aquellos que no votaron basados en el respaldo de ningún partido y son, en última instancia, neutrales, son influenciados fuertemente en favor de la persona que se espera ganará (Goidel and Shields 807-808). Las expectativas desempeñan un rol significativo en todo el estudio. Se encontró que es dos veces más probable que los independientes voten por el candidato republicano cuando se espera que los republicanos ganen. A partir de los resultados, también se encontró que cuando se espera que ganen los demócratas, era más probable que los republicanos independientes y los republicanos débiles votaran por el candidato demócrata (Goidel and Shields 808).

Uso en microeconomía

En microeconomía, el efecto bandwagon describe las interacciones de la demanda y las preferencias. El efecto bandwagon se presenta cuando la preferencia de la gente por un producto se incrementa como se incrementa el número de las personas que lo compran, es decir, mientras más demanda hay, mayor preferencia de la comunidad hacia el producto. Esta interacción potencialmente altera los resultados normales de la teoría de la oferta y demanda, la cual supone que los consumidores toman decisiones de compra solamente basados en el precio y en su propia preferencia.

Algunos ejemplos del efecto arrastre son:

  • 🔰 Comprar marcas que se han visto en redes sociales o en el entorno
  • 🔰 Invertir en compañías que tienen mucha demanda
  • 🔰 Ir a un restaurante que se ha puesto de moda

Para evitar el efecto arrastre, se puede:

  • 🔰 Pensar de manera racional
  • 🔰 Analizar las decisiones que se van a tomar
  • 🔰 Considerar los beneficios y desventajas de las decisiones
  • 🔰 Confiar en el propio juicio
  • 🔰 Tomar decisiones basadas en las necesidades y valores personales

¿Por qué nos influye tanto el efecto arrastre?

Para entender por qué el efecto arrastre tiene tanta influencia en nuestras decisiones, debemos acudir a la psicología conductual, que explica el comportamiento humano. En primer lugar, debemos ser conscientes de que, por naturaleza, los seres humanos disponemos de una necesidad de pertenencia a un grupo así como de adaptación al mismo. Y para ello, sumarnos a la que hace la mayoría, nos puede ayudar.

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El éxito de la aplicación de esta técnica en marketing reside en una variedad de factores:

  • 🔰 La necesidad de pertenencia a un grupo con los mismos valores y formas de comportamiento.
  • 🔰 Predisposición a validar como correcto lo que hace la mayoría
  • 🔰 Preferir que la mayoría decida por uno mismo y seguir los comportamientos generales para evitar tener que invertir tiempo y esfuerzo en evaluar las situaciones por sí mismos.
  • 🔰 El pertenecer al grupo ‘ganador’ refuerza la seguridad del individuo.

¿Cómo repercute el efecto arrastre en nuestra economía doméstica?

El efecto arrastre nos ayuda a comprender mejor cómo las personas tomamos decisiones financieras y de qué factores depende, así como de la psicología que aplicamos a ellos. Por ejemplo, si vamos al supermercado y compramos siempre las mismas marcas, es muy posible que esto se deba a que dichas marcas son las más conocidas y populares del mercado, es decir, las compra un mayor número de personas, y por ello, otros muchos hacen lo mismo sin llegar a plantearse si es o no la mejor opción. También hace que ciertos productos cobren fuerzan en el mercado solo porque se han puesto de moda, es decir, crecen en popularidad porque muchas personas los compran. De manera que el efecto arrastre contribuye al crecimiento de algunas marcas de ciertos productos, como si fuera una forma más de publicidad.

Pero debemos llevar cuidado y poner un límite al efecto arrastre para que no repercuta en nuestros gastos diarios, como puede ser en el caso de la compra diaria en el supermercado, por ejemplo, o en nuestra forma de ahorrar.

Lo mismo puede suceder con un restaurante al que ir a comer: solemos elegir los que más llenos están, pues nos inspiran más confianza, por lo tanto, el efecto arrastre llega a convertirse en efecto llamada. Ese factor influye en su popularidad sin que, en muchas ocasiones, nos planteemos cuestiones como si es el que más se ajusta a nuestra capacidad económica o a la cantidad de dinero que podemos gastar, o es el que más cerca de casa tenemos, y por lo tanto, el transporte es más barato.

Es importante aprender a acotar el poder del efecto arrastre para no permitir que dañe nuestros ahorros y nos haga gastar más dinero del estipulado. De cara a cuidar este aspecto, podemos recurrir a un simulador de ahorros, tal y como nos propone Tuiio, y poner en marcha un organización mensual.

¿Y a nuestra economía a largo plazo?

Si bien es cierto que el efecto arrastre puede condicionar compras en las que gastamos poco dinero como, por ejemplo, en la adquisición de unas zapatillas deportivas solo porque están de moda, también lo puede hacer a la hora de tomar importantes decisiones como, por ejemplo, la compra de una vivienda; un hecho de gran relevancia para nuestras finanzas personales que puede llegar a marcarnos durante muchos años. Esto influye, por ejemplo, a la hora de elegir si adquirir una casa, en lugar de alquilarla, o el sitio en el que vamos a hacer la compra, lo cual influirá sobremanera en el precio de la misma. En este sentido, y para aprender más sobre ello, podemos seguir las siguientes recomendaciones de Santander Consumer España.

¿Cómo afecta el efecto arrastre a las inversiones?

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El efecto arrastre también tiene un impacto a la hora de decidir en qué invertimos el dinero ahorrado. Este hecho es palpable, por ejemplo, en el caso de las criptomonedas, o en las fluctuaciones de las acciones cuando el efecto arrastre les ha permitido alcanzar picos muy marcados, precisamente porque se produce el efecto llamada.

Esto también puede darse a la hora de elegir en qué producto financiero decidimos invertir. Para ello, es importante centrarnos en factores como la rentabilidad o los plazos, y no dejarnos guiar por los productos que más se han contratado dicho año o por los más populares.

¿Son buenas las ofertas para nuestra salud financiera?

En principio, una oferta consiste en la rebaja del precio de un bien o servicio que vamos a adquirir. Por lo tanto, en un principio, las ofertas pueden ser rentables y beneficiosas para nuestra salud financiera. Por ejemplo, Finanzas para Mortales nos trae un ejemplo muy didáctico que puedes conocer en este enlace.

Pero para asegurarnos de que estamos ante una buena oferta, debemos seguir una serie pautas. En primer lugar, es importante no perder de vista nuestra planificación de ahorros y gastos, para poder mantener el plan que hemos estipulado y la organización que deseamos. En segundo lugar, conviene hacer una comparativa de precios para asegurarnos de que ese coste es el que más nos conviene, tal y como subraya este contenido de Finanzas para Mortales. Además, a la hora de hacer una compra también es bueno pararnos a pensar si forma parte de los gastos estipulados en nuestra organización, si es una necesidad que debemos cubrir, o si es un capricho, y, sobre todo, si nos lo podemos permitir.

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Black Friday: un ejemplo práctico

La teoría del arrastre afecta en gran manera a las ofertas y a los periodos en los que los precios disminuyen debido a diversas circunstancias, como pueden ser las temporadas de rebajas, por ejemplo. Como caso práctico, las jornadas de Black Friday: un día específico al año en el que los precios bajan y, como consecuencia, aumenta el consumo.

La pregunta que nos plantea la economía conductual ante esta situación es, ¿consumimos más durante esos días por necesidad o por el efecto arrastre?

¿Cómo evitar que el efecto arrastre dañe nuestra salud financiera?

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En primer lugar, es importante ser conscientes en todo momento de la capacidad que tiene el efecto arrastre para influir en nuestras decisiones rutinarias y financieras. Para ello, puede resultar de gran utilidad contar con un plan financiero, como explican desde Openbank.

De forma paralela, conviene hacernos preguntas como las siguientes: ¿son rentables las ofertas? ¿Necesito lo que me voy a comprar? ¿Mis ahorros están saneados y me lo puedo permitir con el dinero que tengo? ¿He realizado un estudio previo para ver dónde es más económico? ¿Es un buen momento para adquirirlo? ¿Comprar ciertos productos me va a hacer acumular demasiadas cosas innecesarias? En este sentido, la planificación, la antelación y la responsabilidad pueden ser nuestros grandes aliados. Para ello, puedes probar innovadoras técnicas de ahorro como el kakebo o el método de los seis sobres.

Ante todo, a la hora de consumir bienes o servicios extra, lo importante es elegir bien el momento y calibrar la necesidad que tenemos de adquirirlo, y en el caso de que no lo sea, posponer los gastos innecesarios hasta que mejore nuestra salud financiera.

Bibliografía:

https://www.santander.com/

https://es.wikipedia.org/