Todos sabemos que el cerebro humano es complejo y para intentar entender mejor el mundo en que vivimos recurre a atajos. Ocurre con más frecuencia de lo que imaginas, de hecho cuando le des una repaso a esta lista de 50 sesgos cognitivos sabrás a qué nos referimos.
Existen sesgos cognitivos de todo tipo y condición, pero hoy nos quedaremos con los más bobos, algunos de ellos los hemos podido rescatar del canal de divulgación Antroporama, dedicado a temas como la antropología y la psicología.
Qué es un sesgo cognitivo
Según reza el Génesis bíblico Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza; imago dei, que diría la expresión latina. Aun así, por muy bien que le saliera cada hebra del sistema nervioso y lo bien que quedara el ombligo en el centro de su creación, mucho me temo que dejó ciertas partes sin finiquitar. No el apéndice o la alopecia, hablo de esas taras inexplicables que refieren a la forma que tenemos de entender el mundo: los sesgos cognitivos.
Para ponernos sobre el terreno, podemos definir, a grandes rasgos, un "sesgo cognitivo" como ese efecto psicológico que provoca una distorsión en el proceso mental, llevándonos a una interpretación o juicio inexacto de la realidad. Es una aparente falacia diseñada por nuestra mente para hacer trampas sin levantar sospechas y conseguir un resultado fácil y rápido. Puro pragmatismo, pura evolución.
Un ejemplo sería el hecho de recordar todo tiempo pasado como mejor, cuando en casa saben que lo pasamos bastante mal en el instituto y que los ochenta fueron un suicido hortera para nuestro armario. Éste seria un tipo de sesgo de memoria.
Los sesgos cognitivos son atajos mentales que evolutivamente han sido útiles porque nos han permitido tomar decisiones de forma más rápida.
La psicología cognitiva estudia estos atajos, así como otras estrategias y estructuras que utilizamos para procesar la información, habiendo identificado una gran cantidad de ellos, que con frecuencia están relacionados entre sí. Más adelante vamos a explicar brevemente muchos de ellos.
Si bien pueden ser útiles, en ocasiones la falta de racionalidad, de información u objetividad nos pueden llevar equivocación. Estos errores sistemáticos en los procesos cognitivos (pensamiento, percepción, memoria, entre otros) nos producen una desviación en el procesamiento mental, nos pueden alejar de la racionalidad o nublar nuestro juicio.
Ni que decir tiene que el mundo de la publicidad saca mucho partido a nuestros sesgos cognitivos. Por ejemplo el efecto anclaje, la reactancia o psicología inversa, sesgo de autoridad, etc. son elementos a los que recurren las campañas de marketing para lograr sus objetivos.
Estos días nos han pasado una infografía bastante entretenida sobre 50 sesgos cognitivos. Se trata de una publicación de la web de Titlemax titulada 50 sesgos cognitivos que hay que tener en cuenta para ser la mejor versión de ti. Como estaba en inglés y algunos nos han preguntado hemos pensado que sería buena idea traducirla.
Lista de 50 sesgos cognitivos
Este es el listado completo de los 50 sesgos cognitivos que se mencionan en la infografía. No obstante, como indica la letra pequeña algunos técnicamente no son sesgos cognitivos sino otro tipo de sesgo.
- Sesgo de correspondencia: Juzgamos a los demás por su personalidad o carácter fundamental, pero nos juzgamos a nosotros mismos por la situación.
- Sesgo por interés personal: Nuestros fracasos son circunstanciales, pero nuestros éxitos son por méritos propios. Por ejemplo: Ganas un premio debido al trabajo duro o la perseverancia sin contar con la suerte o la ayuda recibida. En cambio si fallas es porque no habías dormido lo suficiente o cualquier otra excusa.
- Favoritismo del endogrupo: Cuando favorecemos a las personas que están en nuestro grupo en lugar de las que están fuera.
- Efecto arrastre: Las ideas, las modas y las creencias crecen a medida que más personas las adoptan. Es la tendencia a hacer o creer en algo porque muchas personas lo hacen o lo creen.
- Pensamiento de grupo: Debido al deseo de conformidad y armonía en el grupo tomamos decisiones irracionales, a menudo para minimizar el conflicto.
- Efecto halo: Si ves a una persona con un rasgo positivo, esa impresión positiva se extenderá a sus otros rasgos. Este efecto también ocurre a la inversa cuando se trata de rasgos negativos.
- Suerte moral: Una mejor posición moral se debe a un resultado positivo; una peor posición moral se debe a un resultado negativo. Es decir, la tendencia a atribuir una mayor o menor posición moral basada en el resultado de un evento.
- Efecto del falso consenso: Cuando creemos que hay más gente que está de acuerdo con nosotros de lo que realmente es el caso. Está comprobado que la mayoría piensa que sus propios hábitos, valores y creencias están más extendidos de lo que realmente están, ya sean por motivación, sesgo de confirmación o percepción selectiva (las comentamos más adelante).
- Maldición del conocimiento: Una vez que sabemos algo, asumimos que todos los demás también lo saben. Este sesgo cognitivo se produce cuando un individuo, en comunicación con otras personas, sin saberlo, supone que los otros tienen los antecedentes necesarios para entender lo que dice.
- Efecto Spotlight: La tendencia a sobreestimar la cantidad de personas que notan tu apariencia o comportamiento. Sobreestimamos la cantidad de atención que presta la gente a nuestro comportamiento y apariencia. Cuando pensamos que un acto o elemento propio resulta muy llamativo y todo el mundo va a fijarse.
- Heurística de disponibilidad: Nos basamos en los ejemplos inmediatos que nos vienen a la mente al hacer juicios.
- Atribución defensiva: Como observador vamos a atribuir las causas de un percance de forma que se minimice nuestro miedo a ser víctima o causante de una situación similar
- Hipótesis del Mundo Justo: Tendemos a creer que el mundo es justo; por lo tanto, asumimos que los actos de injusticia son merecidos.
- Realismo ingenuo: Creemos que observamos la realidad objetiva y que otras personas son irracionales, desinformadas o tendenciosas.
- Cinismo ingenuo: Tendencia a esperar un sesgo más egocéntrico en los demás que en uno mismo tanto en las intenciones como en las acciones.
- Efecto Forer: Llamado falacia de validación personal o el efecto Barnum. Consiste en atribuir descripciones de la personalidad supuestamente específicos, pero que en realidad son tan vagos o generales que se pueden aplicar a un gran número de personas. Muy utilizado en ciertas creencias como la astrología, la adivinación, la grafología, la lectura del aura y algunos de tests de personalidad.
- Efecto Dunning-Kruger: Cuanto menos sepas, más confianza tendrás. Cuanto más sabes, menos confianza tienes.
- Efecto de anclaje: La tendencia a confiar demasiado en la primera información que nos ofrecen a la hora de tomar una decisión.
- Sesgo de la automatización: Tendemos a confiar en los sistemas automatizados, llegando a confiar demasiado por ejemplo en la corrección automática del corrector ortográfico.
- Efecto Google: Tendemos a olvidar la información se puede buscar fácilmente en los motores de búsqueda.
- Reactancia: Hacemos lo contrario de lo que se nos dice, especialmente cuando percibimos amenazas a las libertades personales, está relacionado con la psicología inversa.
- Sesgo de confirmación: Tendemos a encontrar y recordar información que confirma nuestras percepciones. Es decir, de manera natural vamos a favorecer, buscar, interpretar y recordar la información que confirma nuestras creencias o hipótesis.
- Efecto de retroceso: Desmentir las pruebas a veces tiene el efecto injustificado de confirmar nuestras creencias. Es decir, que uno llega a reforzar sus creencias cuando deslegitima un argumento o evidencia.
- Efecto en tercera persona: Creemos que los demás están más afectados por el consumo de los medios de comunicación que nosotros mismos.
- Sesgo de creencia: La tendencia a juzgar la fuerza de los argumentos en base a la verosimilitud de su conclusión, en lugar de la fuerza con que apoyan esa conclusión
- Cascada de disponibilidad: Ligadas a nuestra necesidad de aceptación social, las creencias colectivas ganan más plausibilidad a través de la repetición pública.
- Declinismo o Retrospección idílica: La predisposición a ver el pasado de forma favorable o idílico y en cambio el futuro negativo o en declive.
- Sesgo de status quo: Tendencia de algunas personas a valorar o apreciar en mayor medida las cosas que permanecen estables.
- Falacia del costo hundido o aumento del compromiso: La tendencia invertir más en cosas que nos han costado algo en lugar de alterar nuestras inversiones, incluso si nos enfrentamos a resultados negativos. En España usamos mucho la frase «De perdidos, al río».
- Falacia del apostador: Creemos que las posibilidades futuras se ven afectadas por los acontecimientos del pasado.
- Sesgo de riesgo cero: Preferimos reducir los pequeños riesgos a cero, antes incluso que buscar soluciones alternativas que pueden ser más seguras.
- Efecto marco: A menudo sacamos diferentes conclusiones de la misma información dependiendo de cómo se presente.
- Estereotipo: Adoptamos la creencia generalizada de que los miembros de un grupo tendrán ciertas características, a pesar de no tener información sobre el individuo.
- Homogeneidad exogrupal: Percibimos a los miembros de los grupos externos como homogéneos y a los de los grupos internos como más diversos.
- Sesgo de autoridad: Confiamos y estamos más a menudo influenciados por las opiniones de las figuras de autoridad.
- Efecto placebo: Si creemos que un tratamiento funcionará, a menudo tendrá un pequeño efecto fisiológico.
- Sesgo del superviviente: Tendemos a centrarnos en las cosas que sobrevivieron a un proceso y pasamos por alto las que fallaron.
- Taquipsiquia: Nuestras percepciones del tiempo cambian dependiendo del trauma, el uso de drogas y el esfuerzo físico.
- La Ley de Parkinson de la Trivialidad: Damos un peso desproporcionado a las cuestiones triviales, a menudo evitando las cuestiones más complejas.
- Efecto Zeigarnik: Recordamos más las tareas incompletas que las completadas.
- Efecto IKEA: Le damos mayor valor a las cosas que hemos creado parcialmente nosotros mismos.
- Efecto Ben Franklin: Nos gusta hacer favores; es más probable que le hagamos otro favor a alguien si ya le hemos hecho un favor que si hemos recibido un favor de esa persona.
- Efecto espectador: Cuanto más gente esté cerca, menos probable es que ayudemos a una víctima.
- Sugestibilidad: Las personas, especialmente los niños, a veces confundimos los recuerdos con las ideas sugeridas por un interrogador.
- Falsos recuerdos: Confundimos la imaginación con los recuerdos reales.
- Criptomnesia: Confundimos los recuerdos reales con la imaginación.
- Ilusión de agrupamiento: Encontramos patrones y grupos en los datos aleatorios.
- Sesgo pesimista: A veces sobrestimamos la probabilidad de malos resultados.
- Sesgo optimista: A veces somos demasiado optimistas sobre los buenos resultados.
- Prejuicio de punto ciego: No creemos que tengamos prejuicios, y lo vemos más en los demás que en nosotros mismos.
Bonus de 10 sesgos cognitivos
Algunos de los 50 sesgos cognitivos propuestos en realidad no deberían estar en la lista o quizás podrían ser reemplazados por algunos de los siguientes, ahí van 10 más:
- Aversión a la pérdida: es la tendencia a preferir evitar las pérdidas en lugar de la posibilidad de adquirir ganancias.
- Efecto denominación: Es la tendencia a gastar más dinero cuando está denominado en pequeñas cantidades (por ejemplo, en monedas) más que en grandes (por ejemplo, billetes).
- Sesgo retrospectivo: Es la tendencia a recordar las decisiones propias como mejores de lo que realmente fueron.
- Sesgo de disconformidad: Es la tendencia a realizar un crítico escrutinio de la información cuando contradice sus principales creencias y aceptar sin criterio aquella información que es congruente con sus principales creencias.
- Percepción selectiva: Tendencia en la cual las ansias, esperanzas o ilusiones afectan a la percepción.
- Efecto foco: Desviación de la predicción del resultado; ocurre cuando las personas sitúan mucha más importancia en un determinado punto o aspecto de un evento.
- Sesgo de atribución hostil: El sesgo de atribución hostil, o atribución hostil de la intención, es la tendencia a interpretar los comportamientos de los demás como si tuvieran una intención hostil, incluso cuando el comportamiento es ambiguo o benigno.
- Ilusión del control: La tendencia a sobreestimar el grado de influencia de uno sobre otros eventos externos.
- Sesgo cultural: es el fenómeno de interpretar y juzgar fenómenos según estándares inherentes a la propia cultura.
- Efecto animadora: La tendencia a pensar que otra persona es más atractiva en grupo que vista individualmente.