domingo, enero 15, 2023

Sobre el síndrome del impostor

Síndrome del Impostor

Afirma un estudio reciente, que el 70% de las personas experimenta al menos un episodio del síndrome del impostor a lo largo de su vida. ¿Os preguntáis por qué precisamente vosotros habéis sido contratados y habéis obtenido responsabilidades inesperadas y de gran relevancia en el trabajo? ¿Os avergüenza recibir aprecio de los demás y, de hecho, tendéis a menospreciaros pensando que los habéis engañado? Estáis en buena compañía.

Muchos de nosotros compartimos un pequeño secreto del que nos avergonzamos: en el fondo pensamos que nuestros éxitos son una estafa, resultados de un farol o, en el mejor de los casos, de un golpe de suerte, como si los logros que hubiese conseguido no los mereciera. ¿Por qué? ¿De qué nace esta actitud? ¿Cómo reconocer y hacer las paces con nuestros méritos? En este artículo de Psicología-Online trataremos de dar respuestas a estas preguntas para comprender mejor qué es el síndrome del Impostor, sus causas, síntomas y cómo superarlo.

A continuación se desarrollann siete puntos cuyos temas se encuentran vinculados directamente al tema central de la convocatoria de la presente publicación. ¡disfrútenlos!

Qué es el síndrome del Impostor

El síndrome del impostor, a veces llamado síndrome del fraude, es un cuadro psicológico en el que la gente se siente incapaz de internalizar sus logros y sufre un miedo persistente de ser descubierto como un fraude. No es una enfermedad mental oficialmente reconocida, y no se encuentra entre las condiciones descritas en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, pero ha sido el sujeto de numerosos libros y artículos por psicólogos y educadores.

El término fue acuñado por las psicólogas clínicas Pauline Clance y Suzanne Imes en 1978, año en el que publicaron un artículo sobre este síndrome, llamado «The imposter phenomenon in high achieving women: Dynamics and therapeutic intervention». Describieron en un artículo a esta condición como una experiencia interior de falsedad intelectual que aflige a algunas mujeres de gran éxito.

síndrome del impostor

Ciertamente, en dicho artículo hicieron una investigación donde analizaron un grupo de mujeres estudiantiles y profesionales que, a pesar de sus éxitos, no pudieron interiorizar un sentido de sí mismas como competentes. Es que en los resultados encontraron que la gran mayoría de estas mujeres desconfiaban de sí mismas, pensaban que su éxito había sido un fraude y que tarde o temprano eso se descubriría.

¿Por qué se da el síndrome del Impostor? Este fenómeno psicológico se manifiesta precisamente por la incapacidad de interiorizar los resultados obtenidos y por el temor de que el supuesto fraude que los originaría sea expuesto. Las personas que sufren son convencidas de ser falsas y de no merecer el éxito que han logrado.

Alejate de las personas tóxicas

No se trata de un simple caso de inseguridad, sino que es mucho más complejo y va asociado a un sentimiento constante de inmerecimiento de los éxitos, lo que puede impedir que personas tremendamente aptas puedan progresar. Muchos piensan que si fueran más inteligentes tendrían que esforzarse menos en su trabajo, que les resultaría más fácil y otros tienen miedo incluso de optar a un puesto mejor por creer que no están a la altura.

Toda prueba de su mérito es devaluada y dejada de lado como el resultado de haberse encontrado en el lugar adecuado en el momento adecuado o, más bien, de haber inducido fraudulentamente a los demás a considerarlas más inteligentes y competentes de lo que son en realidad.

Clance e Imes sostienen que las características del síndrome del Impostor son las siguientes:

  • Convicción de que los demás tienen una concepción exagerada de las capacidades o competencias del sujeto.
  • Temor de ser descubierto/a y denunciado/a como estafadores/as.
  • Atribuir el éxito a factores externos, como la suerte o un nivel extraordinario de trabajo duro.

A pesar de las pruebas externas de su competencia, aquellos con el síndrome permanecen convencidos de que son un fraude y no merecen el éxito que han conseguido. Las pruebas de éxito son rechazadas como pura suerte, coincidencia o como el resultado de hacer pensar a otros que son más inteligentes y competentes de lo que ellos creen ser.

El síndrome del impostor, en el que gente competente encuentra imposible creer en su propia competencia, puede ser visto como complementario al efecto Dunning-Kruger, en el que gente incompetente encuentra imposible creer en su propia incompetencia.

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Causas del síndrome del Impostor

No hay una sola causa desencadenante. Algunos expertos creen una de las causas del síndrome del impostor son los rasgos de la personalidad, más o menos llevada a la ansiedad. Otros, en cambio, se centran en causas conductuales, como crecer con padres críticos o competir con un hermano o hermana. Incluso sentir que no perteneces a una comunidad puede ayudar a determinar pensamientos reductores sobre sí mismo.

El síndrome del impostor puede deberse a cuatro causas principales: estereotipos sexuales (el peso/presión de ser madre y tener éxito profesional, por ejemplo, entre las mujeres), dinámicas familiares durante la infancia (sentirse la “oveja negra” de la familia), diferencias salariales (sobre todo para la mujer) y la percepción de éxito, fracaso y competencia (exigirse objetivos casi imposibles).

Otro causa del síndrome del síndrome del Impostor esta motivada principalmente por el deseo de demostrar la propia inteligencia. Cuando esto falla porque se ha cometido un error, se siente impotencia, evitación de la tarea, sentimiento de culpa hacia uno mismo/a, ansiedad y vergüenza.

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Tipologías del síndrome del Impostor

La doctora Valerie Young es experta de renombre a nivel internacional en esta materia. En 2011 escribió un best-sellers llamado The Secret Thoughts of Successful Women: Why Capable People Suffer from the Impostor Syndrome and how to Thrive in Spite of it (Los pensamientos secretos de las mujeres exitosas: por qué las personas capaces sufren el síndrome del impostor y cómo prosperar a pesar de él).

En uno de sus estudios, Young tomó una muestra de cientos de miles de personas de una amplia gama de ocupaciones y en diferentes fases de sus carreras, y surgieron las cinco tipologías del síndrome, cada una con un comportamiento y un enfoque único::


Las perfeccionistas:

Para Young, es el tipo más común entre las mujeres. La perfeccionista se enfoca "en 'cómo' se hace algo", esto incluye "cómo se lleva a cabo el trabajo y cómo resulta". Por lo que "un fallo menor en una actuación generalmente perfecta es igual a un fracaso general y, por lo tanto, a vergüenza".

Esta versión del síndrome incluye a la culpa de ocupar un puesto no merecido, la culpa de no haber realizado un trabajo con el 100% de su empeño, esfuerzo o capacidades, esto se debe a que, para una perfeccionista, ese valor completo nunca es suficiente.

El éxito para estas personas no suele ser satisfactorio, porque al ponerse metas tan altas, siempre piensan que lo podrían haber hecho mejor.


La experta:

La experta "es al conocimiento lo que la perfeccionista es a la calidad", sentencia Young. Aquí, "la principal preocupación es sobre 'qué' y 'cuánto' sabe o puede hacer". La mujer que sufre esta tipología espera siempre saberlo todo, por lo que "incluso una pequeña falta de conocimiento denota fracaso y vergüenza".

Esta auto-obligación de saber toda la información posible sobre todos los ámbitos existentes hace que, cuando una 'experta' se presenta para optar a un nuevo puesto de trabajo, sienta que carece del bagaje suficiente y se centre en la información que podría faltarle en lugar de en toda aquella que ya tiene.

Suelen pensar que no han sido honestos en la selección y temen ser descubiertos.


La independiente (individualista)

Una 'impostora independiente', dice Young, "se preocupa principalmente por 'quién' completa la tarea". Piensa que para aparecer en la lista de logros con su nombre rodeado de luces, "tienes que ser ella y solo ella".

No es una cuestión de soberbia o egocentrismo, más bien, es al contrario. Debido a que cree que está en su responsabilidad hacer y resolver todo por su cuenta, "necesitar ayuda es una señal de fracaso que provoca vergüenza".

Rechazan la ayuda. Sienten que, si piden ayuda, no demuestran su valía.


La superdotada (o genios naturales)

Según Young, esta tipología "mide la competencia en términos de facilidad y velocidad". Para una superdotada, el hecho de "tener que esforzarse para dominar un tema o habilidad o no poder lograr su obra maestra en el primer intento es igual a un fracaso que provoca vergüenza".

Una vez más, se denota un exceso de autoexigencia y una falta de tenacidad que pueden degenerar en un declive moral temprano para las mujeres con esta versión del síndrome.

Se juzgan a sí mismos, se estresan y se agobian si no hacen las cosas con fluidez, rapidez y a la primera.


La superwoman

Finalmente, la supermujer "mide la competencia en función de 'cuántos' roles puede dominar y sobresalir al mismo tiempo". Fallar en cualquier rol —como madre, esposa, ama de casa, amiga, voluntaria—, evoca vergüenza porque siente que "debería poder manejarlo todo, perfecta y fácilmente".

Estas personas no pueden evitar sentir que, si no brillan en cada uno de sus ámbitos personales, no son competentes como mujeres. Lo cual les llena de estrés y una frustración garantizada.

Se presionan para trabajar más duro y dar la talla, pudiendo dañar su salud mental y relaciones sociales de las mismas.

Aparte, Young establece algunas posibles causas del origen del síndrome, como las dinámicas familiares llevadas a cabo durante la infancia, por ejemplo las comparaciones entre hermanos, familiares, la presión que ejercen los padres a sus hijos…


Muchos rostros conocidos, como Michelle Obama, Meryl Streep o Emma Watson, han confesado públicamente haber sufrido también este fenómeno.

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Otra figura del espectáculo que lo ha manifestado tener es el cantante Dani Martín, quien publicó en sus redes lo siguiente:

“No soy un gran cantante, tampoco sé si lo hago bien y la verdad que hay algo que me sorprende. Que 22 años después siga pasando todo esto con el síndrome del impostor tan grande que tengo”.

síndrome del impostor

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Caracteristicas del síndrome del Impostor

síndrome del impostor   Es trastorno psicológico que hace que el paciente sea incapaz de reconocer realmente todos sus éxitos y se vea a sí mismo como un fraude ante los demás,

En general, los expertos han asociado al síndrome del impostor con las siguientes características psicológicas:

  • Introversión.
  • Ansiedad repentina.
  • Baja autoestima.
  • Propensión a la vergüenza.
  • Experiencias familiares conflictivas.
  • Escaso apoyo emocional.
  • Elevado autocontrol.

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Síntomas del síndrome del Impostor

La misma Pauline Clance (psicóloga norteamericana) confesaba haberlo sufrido cuando estaba en la escuela. Para Clance cada examen importante era una fuente de estrés y de miedo. Cuando le salían bien, lo justificaba diciendo que le habían tocado las preguntas fáciles o que había tenido suerte.

Según recoge el Manual diagnóstico de los Trastornos Mentales, editado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, se trata de una afección "no reconocida como un trastorno psicológico ni como una patología, relacionada con la incapacidad para atribuir los propios logros". Quienes lo padecen adjudican el éxito de una tarea, ya sea en el ámbito laboral, familiar o académico, a factores externos como, precisamente la suerte.

Los síntomas del síndrome del Impostor incluyen a menudo preocupaciones, sentimientos depresivos y ansiedad. Generalmente, son debidos a la presión de tener que mostrar fuera la mejor imagen de sí mismo y el miedo de ser descubierto como incompetente.

Seguidamente se expone una compilación sinóptica de fuentes de publicaciones de internet, con el detalle de síntomas caracaterísticos de este síndrome:.

  • Sensación de falta de merecimiento ante los éxitos obtenidos. 
  • Desconfianza hacia las propias capacidades y baja autoestima.
  • Expectativas de fracaso ante situaciones habituales de éxito.
  • Incredulidad de las propias capacidades.
  • Ansiedad, tristeza y depresión.
  • Temor constante a que se descubra la supuesta verdad, es decir, la persona con síndrome del impostor cree que no merece estar donde está ni que es tan competente en su actividad como los demás piensan.
  • Elevados niveles de autocrítica y perfeccionismo, que incluso puede equivaler a resignar bienestar personal para trabajar más y demostrar de ese modo que está a la altura de las tareas asignadas.
  • Miedo al fracaso.
  • Diálogo interno negativo.
  • Obsesión con los errores del pasado.
  • Sensación de incompetencia y dudas sobre sus capacidades.
  • Miedo a ser expuesto como impostor.
  • Tendencia al perfeccionismo.
  • Exageración en la preparación de cualquier cosa.

Este fenómeno suele ir acompañado de preocupaciones excesivas, depresión y ansiedad que derivan del estrés al que la persona se somete para poder estar siempre a la altura de su imagen de éxito y evitar ser etiquetada como indigna o incompetente.

Una afección que cuenta, además, con diferentes niveles y puede aparecer tanto de manera temporal como prolongarse y empeorar con el tiempo. Razón por la que es importante identificarlo de manera precoz, ya que puede llegar a convertirse en un obstáculo para el desarrollo profesional y personal de la persona afectada.

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Grupos de riesgo


El síndrome del impostor se creía particularmente común entre mujeres con éxito en sus carreras y,síndrome del impostor  por ello, la mayoría de estudios se han realizado en mujeres. Esto puede deberse a diferentes motivos, como la falta de referentes femeninos o la falta de expectativas que tiene la sociedad sobre la mujer.

Es el resultado de un cóctel fatal que combina una baja autoestima con una sociedad empeñada en acomplejar a las mujeres que logran ser exitosas en ámbitos en los que predominan los hombres. Tanto es así que, según el Instituto del Síndrome del Impostor, hasta un 75% de las mujeres con altos puestos ejecutivos confiesan haber sentido este síndrome.

La fundadora de dicho instituto, doctora y gurú mundial en materia de ‘impostoras’, Valerie Young, carga a sus espaldas con una cantidad inmensa de conferencias, libros e investigaciones sobre las causas, síntomas, tipos y soluciones para combatir esta fanática lacra. Al tratarse de un problema que ataca directamente a los miedos e inseguridades personales, no afecta a todas de igual manera.

No obstante, se ha comprobado que tanto mujeres como también hombres pueden sufrir este trastorno, aunque lo cierto es que suele tener más incidencia dentro del mundo académico, estando ampliamente difundido entre los estudiantes de posgrado; y sus efectos llegan incluso a salpicar sobre la vida personal de aquellas personas que le adjudican sus triunfos a la suerte y se aferran a pensar que nunca son lo suficientemente buenas.

A continuación te mostramos algunos ejemplos de cómo el síndrome del impostor puede estar frenando tu carrera:

  • Las personas cualificadas tienden a infravalorarse, prestando especial atención a todo aquello que no han conseguido en lugar de en sus logros. El resultado es que piensan que no están a la altura, mientras que el resto de sus colegas serían altamente capaces de realizar el trabajo. ¿Qué hacer? Piensa que si la empresa te ha contratado será por algo, así que comienza a abrazar tus fortalezas e intenta mejorar tus debilidades. Eres tú, con tus normas y tus presiones, quien está fijando objetivos demasiado altos, no tus compañeros o tus superiores.
  • Los profesionales que sufren el síndrome del impostor no suelen hacer preguntas, ya que piensan que el resto de compañeros sabrán la respuesta. Lo cierto es que, si es así, mejor para ellos. Es importante preguntar para mejorar en la empresa y adquirir un mayor número de conocimientos. Recuerda que no hay preguntas tontas. Si te sientes inseguro, comienza por un colega de confianza para ir escalando poco a poco, hasta conseguir formular preguntas a los superiores.
  • Estos profesionales también suelen exagerar las consecuencias que tendrán sus actos. Si no hago un proyecto impecable, ¡me despedirá! Es cierto que el miedo es bueno para evitar el peligro, aunque también puede limitar tu potencial si es en exceso. Es imposible ser perfecto. La clave está en tomar los errores, estudiarlos y aprender de ellos. Si tu jefe ha confiado en ti, es porque puedes con el trabajo

Aunque aún no se sabe con certeza, se cree que este síndrome puede padecerse por dinámicas familiares. ¿Tú eras el gracioso mientras que tu hermano era el listo? ¿Tus padres te presionaban constantemente con sacar las mejores notas? Además, también influyen los estereotipos de género, las brecha salarial y la percepción que cada uno tiene del éxito y del fracaso.

Investigaciones posteriores han puesto de manifiesto que el fenómeno se da en muchas personas que tienen una formación superior y desempeñan funciones de alto nivel en diversos ámbitos, como la educación, la sanidad y las finanzas.

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Cómo superar el síndrome del Impostor

El síndrome del Impostor resume en sí un peso emocional que para superarse requiere de razonamiento y autoanálisis, ya que puede llevar al sujeto a tener dificultades psicológicas en varios campos de la vida. Este síndrome puede derivar en trastornos de ansiedad o depresión y trastornos de personalidad que evitan o dependen.

A esta sección corresponden los siguientes ítems, citados por expertos para superar el síndrome del Impostor:

           

Dirigirse a un psicoterapeuta permitirá, a través de una atenta evaluación psicológica, ser conscientes de los propios mecanismos de funcionamiento y de los propios pensamientos disfuncionales.

Este artículo es meramente informativo, en este blog no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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