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sábado, enero 14, 2023
Sobre la aporofobia
Constantemente asistimos a hechos que marcan el rechazo a otro, un rechazo a lo diferente, aquí surge el nexo entre el rechazo al otro y la aporofobia, una absurda ideología inoculada que conduce a objetar al otro que no es de mi círculo o de mi sector social, quien no pertenece a mi clase, no es de los míos, y por tanto, esa ideología te enfrasca en un equívoco que te hace pensar "es inferior a mí".
El siglo XXl, nos muestra signos cada vez más fuertes de intolerancia, que se expresa por ejemplo en la xenofobia, la aporofobia, el rechazo al otro, etc.
Aporofobia es un concepto que resulta para algunos (según su propia autora) muy críptico [⬇] acuñado por la filósofa Adela Cortina con el cual pretendió visibilizar este oscuro fenómeno social que supone el rechazo hacia las personas pobres y sin recursos. Así pues, hace referencia a la aversión que provocan los individuos sin recursos en la población. Un fenómeno universal ligado a muchos prejuicios y cuyas causas generan mucha controversia.
Qué es la aporofobia
La aporofobia es un término acuñado por Adela Cortina en el año 1995 para referirse al rechazo, aversión y desconfianza que, de manera generalizada, provocan las personas pobres en la mayor parte de la población, pobreza que existe con fuerza a pesar de que el crecimiento mundial es alto, más alto que en otros períodos de la historia, existiendo antecedentes empíricos de que la pobreza puede ser erradicada. Pero se constata cada vez más que el modelo capitalista en su versión neoliberal, no ha sido capaz de reducir las desigualdades, la pobreza y las exclusiones, como lo observamos por ejemplo en América Latina.
El término incluye la palabra griega "aporo" que significa pobre y "fobia" que significa miedo o aversión, por el rechazo que supone dicha palabra a la pobreza.
El término fue incluido en la RAE en el año 2017 y la propia autora comentaba en un video de la serie "Aprendamos Juntos" (ver video al pie de página), patrocinada por el BBVA y el periódico El País, que su deseo era que dicha palabra fuese incorporada en los diccionarios de todos los idiomas como medida que permitiría visibilizar este prejuicioso fenómeno universal.
Pero, ¿por qué gestar un nuevo concepto? La autora lo aclara muy bien en el video (del cual se extraen varias citas para este post); leamos:
...mi empeño es el de intentar que se universalice y esté en los diccionarios de todas las lenguas del mundo. La única manera de darse cuenta de que algo existe... La única no, pero una de las maneras de darse cuenta de que algo existe es ponerle un nombre para reconocerlo. Igual que le ponemos nombre a los fenómenos atmosféricos, que ahora se llaman David, Ana y Carmencita. ¿Qué tiene el pobre para que se le rechace? La pobreza se invisibiliza. Por eso era importante que, al menos, hubiera una palabra para este tipo de fobia, que es igual que las otras.
La aporofobia insensibiliza, estigmatiza, hace indiferente al sujeto ante la miseria humana.
Adela Cortina en su texto “Aporofobia, rechazo a la pobreza”, realiza un exhaustivo análisis del tema, y caracteriza la pobreza no solo desde el punto de vista económico, sino de sus implicancias, como problemas de salud, baja esperanza de vida, violencia, enfermedades mentales, droga, alcohol, etc., características que se rechazan por parte de otros sin ningún análisis del porqué.
Hoy vemos que existe una asimetría entre el discurso y los hechos y nada apunta a una solución real del problema. Normalmente, la educación ha sido usada como vehículo para mitigar las patologías sociales del tipo xenofobia o la misma aporofobia; pero este esfuerzo se ha visto mermado por una sociedad que se desencanta de la política, y está girando hacia un consumismo hedonista e individualista.
No consideramos el sufijo "fobia" el más adecuado, ya que este hace referencia a una aversión refiriéndose al rechazo por miedo y el significado otorgado a este término no presupone ningún miedo. Sin embargo, sí constituye un rechazo aversivo irracional que nada tiene que ver con el miedo o fobia. En este artículo encontrarás más información sobre la exclusión social: qué es, tipos, ejemplos y propuestas.
Causas de la aporofobia
¿Por qué se rechaza al pobre? La aporofobia tiene un
origen neurológico, pues se trata de un fenómeno universal que se da en todos los países, independientemente de su condición social y cultural. Estamos biológicamente determinados para la "reciprocidad", es decir, para ofrecer a cambio de recibir algo por nuestro ofrecimiento. Por este motivo, la pobreza genera rechazo, pues las personas pobres no pueden ofrecer nada, por lo que nos negamos a ofrecer nada a este colectivo.
A continuación, veremos algunos argumentos que exponen otras causas de la aporofobia, mediante diferentes puntos de vista:
1 Punto de vista antropológico
Existen corrientes filosófico-espirituales que afirman que el anhelo arquetípico del ser humano es servir de manera altruista y desinteresada a sus prójimos. Es precisamente este servicio desinteresado el que colma a la persona, sin necesidad alguna de recibir ninguna recompensa a cambio. Según está perspectiva, las causas de la aporofobia no pueden ser biológicas.
Es interesante lo que la autora aporta en este sentido, en el video; leamos:
... yo, en el libro, lo que intenté es ver si había alguna base cerebral para que fuera un fenómeno universal. Y mi conclusión es que sí hay una base cerebral para que sea un fenómeno universal. Y es el de que, por una parte, como decíamos antes, pues nos gusta estar con los que son como nosotros, etc., que esa sería la raíz de la xenofobia, con los que hablan como nosotros...
Porque, a lo largo de la formación del cerebro, en el periodo de la evolución, nos fuimos haciendo con los de nuestro propio grupo, frente a los de los grupos extranjeros, etc.
Pero, además de eso, tenemos ese mecanismo disociativo por el que ponemos entre paréntesis lo que nos molesta, lo que nos causa algún tipo de preocupación. Lo ponemos entre paréntesis porque debemos sobrevivir, vivir bien. Y en ese sentido, los que son de otras razas, etc., pues los ponemos entre paréntesis.
Pero luego hay un paso más, que a mí me parece muy importante, y es que los seres humanos somos lo que se llama animales “reciprocadores”, estamos dispuestos a dar con tal de recibir. Y, por eso, la raíz de nuestra sociedad es el contractualismo. Vivimos de: “Yo estoy dispuesto a cumplir mis deberes con tal de que el Estado proteja mis derechos. Yo estoy dispuesta a dar mis clases con tal de que me paguen la nómina. Yo estoy dispuesto a...”. Es ese dar y recibir, y vivimos en la sociedad del intercambio, del contrato, del pacto.
Pero ¿qué pasa con los que parece que no tienen nada interesante que dar? -Que ofrecer, claro. -Que no pueden dar nada en intercambio. El inmigrante este que viene y coge un trabajo que es barato. Este no me está dando nada bueno a cambio. Estamos acostumbrados a “hoy por ti, mañana por mí”, etc. Y ahí los que parece que no pueden dar nada a cambio son los pobres.
Por eso, la palabra “aporofobia” viene de “áporos”, que es “pobre” en griego, y “phobos”, que es “temor, recelo”. Y es el rechazo al pobre que, a mi juicio, tiene una base cerebral y, por lo tanto, es universal. Porque, frente al que no puede darnos nada interesante a cambio, o eso creemos, lo que hacemos es ponernos en guardia, rechazarlo y dejarlo de lado.
2 Punto de vista económico y sociológico
Las sociedades capitalistas han insertado en el ser humano, a golpe de repetición y re-modelado artificial, toda una serie de necesidades, creencias y valores totalmente superficiales y alejados de los primigenios valores humanos existentes en sociedades más humanizadas. Descubre qué tipos de valores existen.
Uno de los valores inoculados y más extendidos es el valor del dinero, que no existía en sociedades antiguas. Este se ha convertido en algo primordial en la vida de las personas de modo que rige buena parte de nuestras vidas. Esta excesiva valoración del dinero ha sido interiorizada de manera tan universal por todas las personas que, desde ahí, prejuzgamos la pobreza y a las personas sin recursos.
A cuenta de la crisis nos hemos dado cuenta de que por la falta de ética el dinero se ha ido para muchos sitios y ha traído sufrimiento sobre todo para los más vulnerables. -Adela Cortina-
Estos argumentos permiten entender la aporofobia como un rechazo a los pobres derivado del sistema socioeconómico capitalista que predomina en la mayor parte de países del mundo. De hecho, un modo de comprobar este hecho sería averiguar si existe esta actitud prejuiciosa en sociedades con sistemas socioeconómicos ajenos al consumismo y capitalismo como, por ejemplo, las minorías étnicas.
Sencillamente: Adela Cortina acuñó el término de aporofobia porque se dio cuenta que existía una actitud de rechazo que no era xenofobia, o odio a los extranjeros, sino que se trataba de un rechazo únicamente a determinados extranjeros. Unos de los ejemplos de aporofobia seria que los turistas con poder adquisitivo no son rechazados pero sí lo aquellos que llegan a nuestros países con condiciones sociales y económicas desfavorables.
Fue esto lo que le llevó a delimitar el concepto, incluyendo en él no un rechazo a los extranjeros pobres sino un rechazo generalizado a cualquier pobre, extranjero o no.
Veamos en el párrafo siguiente, la contextualización expuesta por la autora en el video:
"...Desde hace, por lo menos veintitantos años, cuando me di cuenta de que todas las gentes hablaban de xenofobia, que quiere decir “rechazo al extranjero u odio a lo extranjero”, yo me preguntaba si hay tanto rechazo al extranjero o a determinados extranjeros sí y a determinados extranjeros no.
Porque, cuando vienen los turistas, sacamos en los periódicos con mucho entusiasmo:
“Han venido 81 millones de turistas este año”. Y son extranjeros y no se dice con mal grado, sino que se dice contento, con felicidad, y ojalá vinieran más, a ver si el año que viene vienen más... Y además, incluso, hay un grado universitario, que son las Ciencias de la Hospitalidad, en las que se prepara a los graduados para que atiendan a los turistas en los hoteles, en los restaurantes... Bueno, hospitalidad. Para los turistas o para los extranjeros que vienen con dinero.
La cuestión es para esos otros extranjeros que no vienen con dinero, sino que vienen del otro lado del Estrecho, en nuestro caso. Y en Estados Unidos, pues se pone una valla para los mexicanos, pero también para los nicaragüenses, para los... Y, sin embargo, no para los jeques árabes. Toda esta mezcla lleva a preguntarse, y en todos los países pasa, pero ¿realmente molestan los extranjeros o lo que molestan son los pobres, sean extranjeros o sean de la propia casa?
Me parece que lo que molestan son los pobres y, además, eso es transversal, porque molestan las mujeres pobres y los varones pobres y los... Todos ellos molestan cuando son pobres. Pues me pareció que es un fenómeno universal y que había que encontrarle un nombre porque, si no, existe y no nos damos cuenta y, sin embargo, tiene mucha influencia".
En el rechazo al otro se esconde un rígido determinismo cultural, en el que se considera que los individuos actúan fundamentalmente de acuerdo a las normas de su propio grupo social o clase.
Cómo combatir la aporofobia
En tanto que se trata de un problema neurológico, la solución radica en el remodelado cerebral que pasa por una educación solidaria e inclusiva que transmita valores de respeto a todas las personas y a su dignidad humana. Según Cortina (2017), se trata de un problema que debe ser abordado a nivel institucional, pues únicamente desde ahí se podrá acabar con las desigualdades sociales.
Acabar con la aporofobia pasaría por una intervención, en principio de estructuración y funcionamiento social, donde las sociedades no se sustentasen en el dinero como casi único y principal valor y lo principal fuese el intercambio social de la capacitación individual y los valores humanos recuperasen su valor. A partir de este cambio socioeconómico, la educación social sería un elemento fundamental para reeducar a toda la sociedad en estos nuevos valores más humanos y reconciliadores.
En síntesis: la aporofobia y el rechazo al otro son parte de una misma problemática y cuyas bases las encontramos en la política, por lo tanto, la solución es política, y la democracia juega un rol fundamental tanto en las políticas públicas como desde la perspectiva de la ética cívica, en el conocer al otro, entender sus necesidades, sus razones, entender el mundo, el aquí y el ahora. Aquí importan la mediación, el pluralismo, y que el conocer al otro o el miedo al otro no se transformen en intolerancia, en reacción agresiva contra los “barbaros”.
Ninguna sociedad puede funcionar si sus miembros no mantienen una actitud ética. -Adela Cortina-
La democracia y sus distintos instrumentos deben ser la base de sustentación para una política que elimine los miedos y las inseguridades.
El énfasis para afrontar esta problemática lo ubica la autora en la educación; así es como lo expone:
¿cómo podemos trabajar...? -Educativamente, primero hay una excelente noticia, y es que el cerebro es plástico.
Claro, el cerebro... -Muy buena. -Es una noticia excelente porque, si el cerebro estuviera absolutamente rígido, ya no tendríamos solución, sino que las tendencias se convierten en actuaciones y no habría remedio. El cerebro es plástico, y esa es la base de la educación. Podemos cambiarlo. -Cambiar. Podemos forjarnos nuestro propio cerebro, nuestro propio carácter, nuestras propias... tendencias y predisposiciones.
En ese sentido creo que, en la educación, hay una tarea impresionante. Porque lo que es claro, entre muchas otras cosas, es que la aporofobia va en contra de la dignidad humana y en contra de la democracia. La democracia tiene que ser inclusiva necesariamente. La aporofobia es excluyente. No puede haber una sociedad aporófoba y, a la vez, democrática. Y, sin embargo, todas las sociedades que conozco son aporófobas.
Este artículo es meramente informativo, en este blog no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
[⬆]críptico (significado): Adjetivo. Que resulta incomprensible o enigmático para quien no posee una clave de interpretación adecuada. Sinónimos: oscuro, subterráneo, disimulado, enrevesado, encubierto, camuflado, escondido, secreto, velado, misterioso, ininteligible, impenetrable, incomprensible, incognoscible, indescifrable. (Fuente)