Hay que reconocer que la psicología ha encontrado una gran fuente de inspiración en la mitología griega, el complejo de Aquiles es otro ejemplo más. Sin ánimo de avanzar nada, no tiene nada que ver son su talón.
Entones, la mitología griega ha servido de apoyo para la nomenclatura de numerosos complejos psicológicos. Así nos encontramos con el complejo de Aquiles.
- El Aquiles mitológico
- Definición del complejo de Aquiles
- Abordando el concepto del complejo de Aquiles
- Quiénes padecen del complejo de Aquiles
- Características del complejo de Aquiles
- Causas del complejo de Aquiles
- Algunos casos comunes
- Cómo superar el complejo de Aquiles
- Las Terapias recomendadas para superar el complejo de Aquiles
- Bibliografía
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El Aquiles mitológico
Aquiles en la mitología griega provenía de una extraña unión entre la naturaleza humana y la divina, por ello era un semidiós. Su padre Peleo fue un héroe mortal que se casó con la diosa Tetis. Esta diosa era de tal belleza que fue cortejada por Zeus y por Poseidón. Zeus a través de un oráculo fue avisado de que Tetis tendría un hijo tan poderoso que podría destronar a su propio padre. Por esa razón se le permitió a Tetis casarse con un mortal.
Los problemas empezaron desde el mismo día de la boda de Peleo y Tetis. En el banquete surgió una disputa provocada por Eris, diosa de la discordia, entre las diosas Hera, Atenea y Afrodita, que a la postre marcaría el final de Aquiles.
La infancia de Aquiles estuvo marcada por el abandono de su madre, que volvió al Olimpo con los demás dioses, esto forjó el carácter de Aquiles, que a su fuerza descomunal unió el odio y la violencia que en él generó el abandono de Tetis.
Su madre antes de abandonarlo intentó otorgarle la inmortalidad sumergiéndolo en el río Estigia, pero olvidó bañar el talón del pie derecho por el que lo sostenía; de ahí que esa parte del cuerpo de Aquiles no sumergida, su talón, fuese su único punto físico vulnerable.
Cuántos hijos quedan desprotegidos por el imperioso afán de sus madres por protegerlos, y como Tetis (su madre), angustiadas, por pensarlos vulnerables, buscarán a toda costa protegerlos; así les cueste la vida.
Durante la guerra de Troya, Paris hijo del rey y protegido de Afrodita, clavó una flecha envenenada en su talón, que acabaría con la vida de Aquiles.
La leyenda de Aquiles se ha convertido en un símbolo de la vulnerabilidad humana y de cómo cualquier persona puede tener un punto débil, incluso si es fuerte en otros aspectos.
A partir de esta historia mitológica la psicología utilizó a este personaje para hablar de aquellos desajustes en la personalidad en sujetos que tratan de ocultar sus debilidades a través de un comportamiento que raya con la heroicidad.
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Definición del complejo de Aquiles
El concepto "complejo de Aquiles" fue utilizado por primera vez por el escritor Pierre Audiat, para definir la condición de todas aquellas personas que ocultan su propia debilidad, bajo la apariencia de heroísmo o invulnerabilidad.
Este complejo es básicamente un miedo al fracaso, a ser rechazado, a la crítica de otros, a que nos dejen de amar, a perder el trabajo… Por tanto, es el miedo a perder el control sobre uno o más aspectos de nuestra vida.
Este deseo tan profundo por aparentar para ocultar nuestros miedos, hace que quienes lo padecen, tengan problemas de autoestima, que no son fácilmente visibles, ansiedad y a veces, otro tipo de desordenes importantes.
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Abordando el concepto del complejo de Aquiles
Al igual que el héroe griego, los afectados sienten el peso de mantener puesta su armadura de aparente invulnerabilidad. Este síndrome no hace referencia a nuestra lógica respuesta de protegernos no revelando nuestras debilidades, Lo que provoca este complejo es que la persona no se muestre como realmente es.
El complejo de Aquiles es solo la punta del iceberg de una gran inseguridad personal, mal compensada por ese estereotipo de “superman” que muestra el sujeto. Esta inseguridad viene marcada, como en el caso de Aquiles, por un sentimiento abandónico de la figura materna en la infancia del sujeto.
Los mecanismos de defensa psicológica en este síndrome son colindantes con los del narcisismo. Freud en su obra Introducción al Narcisismo aboga por que el núcleo del narcisismo está en la inmortalidad del YO que la realidad niega. El sujeto con síndrome de Aquiles, en su forma colindante con el narcisismo, solo busca en sus conductas cuasi heroicas, su gloria personal. Es el prototipo del individualismo, afronta sin demora estar al frente del ejército en la batalla, pero hace la guerra por su cuenta. El afán de Aquiles metafóricamente hablando es ser el mejor de la batalla y tener la muerte más gloriosa. Se siente imprescindible, cuanto más se le necesite mayor será su gloria. Esta actitud del sujeto con complejo de Aquiles hace que le importe poco el sufrimiento y el destino de los demás.
En la sociedad neocapitalista que vivimos tenemos numerosos ejemplos de esta tipología, por ejemplo en el mundo de la política, véase el presidente de Estados Unidos, D. Trump, que explica entre otras de sus acciones, su posición ante la pandemia del COVID 19, que especialmente se ve a la salida de su ingreso hospitalario, en contra del alta médica, por infección del coronavirus. Recuerden el comportamiento de otros líderes políticos como el presidente Jair Bolsonaro de Brasil o el primer ministro inglés Boris Johnson.
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Quiénes padecen del complejo de Aquiles
El complejo de Aquiles es uno de los complejos psicológicos más frecuentes. Algunas personas aparentan una gran fuerza, una gran personalidad, una gran seguridad a modo de superhéroes, triunfadores en la vida y bien satisfechos de su posición. Pero es solo apariencia. En el fondo es una forma de esconder sus debilidades, unas debilidades que forman parte de la naturaleza humana pero que ellos no están dispuestos admitir.
Este complejo afecta tanto a hombres como a mujeres. Mujeres y hombres que pretenden ser súper poderosos, y que en muchos casos se acompaña también de un complejo de superioridad. En ambos complejos, tanto en el de superioridad como en el de Aquiles, lo que de verdad ocurre es el temor a ser vulnerables, a que les hagan daño y a que los demás descubran que no son perfectos y que pueden ser frágiles emocionalmente.
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Características del complejo de Aquiles
Las principales características de este complejo:
- Son personas que aparentan poseer una gran fuerza tanto física como mental. Una gran personalidad y seguridad comparable a la de los superhéroes de la ficción.
- Suelen describirse a sí mismos como triunfadores y manifiestan estar satisfechos con su propia vida. En consecuencia, siempre tratarán de magnificar sus triunfos inclusive exagerándolos.
- Nunca aceptarán y tratarán de esconder sus debilidades, se toma en cuenta también aquellas propias de la naturaleza humana que no están dispuestos a admitir.
- Realmente ocultan sus vulnerabilidades por temor a ser dañados, no quieren que otras personas descubran estas características para usarlas en su contra.
- Siempre se ofrecen a tomar el puesto de liderazgo con la finalidad de cumplir el rol del “jefe” o del “salvador”.
- Nunca aceptan haber incurrido en algún error, esto es notablemente perjudicial dentro del plano laboral. Suelen ser personas conflictivas en situaciones donde es necesario afrontar la responsabilidad.
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Causas del complejo de Aquiles
Las causas pueden ser varias, no hay límites en cuanto a la edad y género de los pacientes. Tampoco existen elementos que sean determinantes para el desarrollo de esta condición mental. Algunos psicólogos consideran que una de sus posibles causas la encontramos en la necesidad de autoprotección. Es decir, se crea este “personaje” o “máscara” como protección, su utilidad es la de establecer límites entre ellos mismos y los juicios ajenos que les afectará negativamente.
También es un complejo que es desarrollado por hijos cuyos padres fueron extremadamente perfeccionistas o estrictos con ellos. En este caso se observa la necesidad adecuarse a estas circunstancias, cumpliendo con estas expectativas ajenas para no ser rechazados. Pero realmente se ocasionan daño a sí mismos, debido a que no toman en cuenta sus propias necesidades y aspiraciones.
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Algunos casos comunes
Un ejemplo común de complejo de Aquiles podría ser el miedo que una persona pueda tener a hablar en público. Si esta persona cree que su capacidad para hablar en público es fundamental para su éxito en su trabajo o en su vida social, y siente que no es lo suficientemente buena en esa habilidad, podría experimentar inseguridad y una baja autoestima en relación con esa área de su vida.
Esto puede manifestarse en forma de ansiedad, evitación de situaciones en las que tenga que hablar en público, o una sensación general de inferioridad.
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Cómo superar el complejo de Aquiles
La única forma de dar muerte al héroe Aquiles era dar con su punto débil, por eso llamado talón de Aquiles. Y fue precisamente de una flecha en el talón como murió el héroe. De la misma forma, este complejo de Aquiles se mantiene hasta que alguien es capaz de descubrir el punto débil de la persona que lo padece. Es en ese momento cuando se descubre que nadie es más que nadie y que las debilidades y los defectos forman parte de nuestra esencia como personas.
Estas personas ocultan vergüenzas, temores, inseguridades, inquietudes y defectos. En algunos casos están conscientes de ello, pero en otros realmente no se han dado cuenta. Al no reconocer objetivamente sus capacidades reales, siempre trataran de ofrecerse a realizar acciones y tomar decisiones en las que no deberían de intervenir.
En general, para superar este problema, hay que seguir 5 pasos bien definidos:
- Identificar el complejo de Aquiles: El primer paso es darse cuenta de cuál es la cualidad que nos hace sentir inseguros. Es posible hacerlo a través de la reflexión o buscando la ayuda de un terapeuta o un amigo confiable. Este primer paso puede parecer algo muy obvio, pero hay que tener en cuenta que no siempre el problema está en aquello que no se nos da bien. Por ejemplo, alguien puede considerar que su debilidad reside en su dificultad para hablar es público, pero podría ser que esto fuera debido a una mala memoria, o por algún complejo relacionado con el aspecto físico.
- Aceptar las limitaciones. Todos tenemos ciertas limitaciones o áreas en las que no somos tan buenos. Aceptar que no se es perfecto en todo, ayudará al paciente a liberarse de la presión que siente para serlo.
- Enfocarse en las fortalezas. En lugar de centrarse en lo que no puede hacer bien, la persona afectada debe enfocarse en sus habilidades y fortalezas. Esto le ayudará a sentirse más seguro y a desarrollar una imagen positiva de sí mismo.
- Practicar la habilidad en cuestión. Si el complejo de Aquiles está relacionado con una habilidad específica, como hablar en público, es posible mejorar esa habilidad a través de la práctica. Hay que buscar oportunidades para poner en práctica esa habilidad habitualmente para perder el miedo a realizarla.
- Buscar apoyo si es necesario. Superar el complejo de Aquiles puede ser difícil sin ayuda, por lo que es importante buscar el apoyo de personas de su entorno como familiares y amigos. Ellos pueden ayudar a ver las cualidades positivas de la persona y a recordarle que no eres perfecto, como todos, y que eso está bien. También, un terapeuta puede proporcionar ayuda y herramientas para superar los complejos.
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Las Terapias recomendadas para superar el complejo de Aquiles
Conocer nuestros límites o mostrar nuestras carencias no nos hace más frágiles, sólo conociéndolas podemos trabajar para fortalecernos, todo ello, sin contar con el gran esfuerzo mental, que conlleva vivir en una permanente mentira.
Existen diferentes terapias que pueden ayudar a tratar el síndrome de Aquiles. El terapeuta será el encargado de decidir cuál es la más adecuada en cada caso.
- La Terapia cognitivo-conductual: Se enfoca en cómo los pensamientos y las acciones influyen en las emociones y comportamientos de la persona. La terapia ayuda a identificar los patrones de pensamiento negativos y a reemplazarlos por pensamientos más realistas y positivos.
- Terapia de aceptación y compromiso: Es una forma de terapia conductual que se enfoca en ayudar a la persona a aceptar sus emociones y pensamientos, sin intentar cambiarlos o evitarlos. Este tipo de terapia ayuda a desarrollar una actitud más flexible y a vivir una vida más plena y satisfactoria, a pesar de las inseguridades o debilidades.
- Terapia interpersonal: Se enfoca en las relaciones interpersonales y cómo estas afectan al estado emocional del individuo. La terapia contribuye a mejorar las habilidades sociales y a resolver conflictos en las relaciones, lo que ayuda a sentirse más seguro y a superar las inseguridades o debilidades.
En general, cualquier terapia que ayude a identificar y trabajar en las inseguridades o debilidades de la persona puede ser útil para tratar el síndrome de Aquiles. Es importante que la persona se ponga en contacto con un profesional de la salud mental para obtener una evaluación y recomendaciones adecuadas para su caso en particular.
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Bibliografía: