Como contribución al estudio de la personalidad narcisista, Ernest Jones (1913), introduce el término: “complejo de dios”, el cual, aunque no es un término clínico, se emplea comúnmente para describir la personalidad ególatra, pretenciosa, altiva, arrogante y orgullosa. Escribo con minúscula la palabra: “dios”, pues realmente no corresponden a ninguna deidad, simplemente es una creencia sobre la cual rigen su vida, son personas que se sienten superiores a todo lo que les rodea. Cabe mencionar que la personalidad narcisista corresponde a un modelo dominante de grandiosidad, necesidad de admiración y es característica la falta de empatía.
En el narcisismo, el sí mismo es grandioso patológico y está infiltrado de agresión primitiva, su sadismo puede ser egosintónico”. Otto F. Kernberg
Contenido
Un exceso de orgullo
Aquellos que tienen el “complejo de dios” mantienen una firme convicción de que su visión del mundo es suficiente para resolver problemas complejos que van más allá de sus recursos y capacidades reales de resolución, tienen la creencia de que pueden lograr más de lo que es posible, piensan que su opinión es la mejor.
Cuando les proponen otro tipo de solución, es descartada cognitivamente por el individuo, por considerarla inferior a la suya, a pesar de que pudiera ser una verdadera solución a un conflicto dada por un experto en el área, por ejemplo. La rigidez mental y la inflexibilidad es típica en ellos, pues se sienten poseedores de la verdad absoluta. “El fin justifica los medios”, es una frase de Nicolás Maquiavelo, que parece hecha justo a su medida.
Las personas que tienen el “complejo de dios”, creen que tienen ese poder característico de algunos dioses, pero muchos tienen una incapacidad para amar, que pueden enmascarar, incluso bajo buenas obras, pero en realidad tratan de llegar a sus propios objetivos que casi siempre resultan egoístas.
¿Cómo piensas las personas con “complejo de Dios”?
Lo peligroso de tener este complejo, es que las creencias del sujeto pueden hacerlo creer que está por encima de su especie y de las otras especies que cohabitan la Tierra, por lo que pueden infringir los derechos humanos, actuar en oposición a las leyes de la sociedad y atentar contra toda clase de vida que consideren innecesaria sin piedad alguna, utilizar el abuso y la violencia sexual, sentirse con el derecho de privar de la libertad a otros y utilizarlos para cumplir con sus planes egosintónicos, pues tienen la creencia de que son seres superiores.
Son personas ufanas y con alto grado de orgullo que creen poder entender de qué manera funciona el mundo, son personajes jugando a ser los dioses de su pequeño y constreñido mundo. Tim Harford afirmó que es frecuente encontrar el “complejo de dios” en los líderes de empresas y de nuestra sociedad, así como entre las figuras políticas.
“La Tierra es un escenario muy pequeño en la vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales y emperadores, para que, en gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueldades cometidas por los habitantes de una esquina de este píxel sobre los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina. Cuán frecuentes sus malentendidos, cuán ávidos están de matarse los unos a los otros, cómo de fervientes son sus odios. Nuestras posturas, nuestra importancia imaginaria, la ilusión de que ocupamos una posición privilegiada en el Universo… Todo eso es desafiado por este punto de luz pálida. Nuestro planeta es un solitario grano en la gran y envolvente penumbra cósmica. En nuestra oscuridad —en toda esta vastedad—, no hay ni un indicio de que vaya a llegar ayuda desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos”. Carl Sagan
El complejo de Dios en la esfera política
Un ejemplo del “complejo de dios”, podemos encontrarlo representado por algunas figuras políticas actuales, los cuales en sus campañas proponen solucionar problemas verdaderamente complejos con tanta seguridad y un optimismo que resulta contagioso para muchos. Cuando se les pregunta cómo es que lograrán dichos resultados, caen en falacias, en promesas que no cumplirán y una demagogia con acento de infalibilidad casi cínica, de manera que según ellos, podrían resolver muchos complejos problemas sociales en un solo periodo… o más de uno, pues este tipo de personalidad es la que puede sentirse con el derecho de continuar en el poder aunque la realidad demuestre que la construcción de la estructura social puede modificarse en aras del bienestar común y no sólo servir a fines egosintónicos.
Muchos se sienten con el derecho de tomar dinero del “pueblo” para llevar a cabo sus “importantes” planes, son altamente manipuladores y pueden tener cierto encanto, que hace que mucha gente se sienta atraída hacia ellos y los siga.
Las personalidades sumamente narcisistas pueden tener una fusión maligna de pulsiones libidinales y agresivas cargadas (catectizadas) en el sí mismo “loco”, en el que domina fuertemente la agresión. Es muy difícil rescatar las partes dependientes saludables del sí mismo, en su posición entrampada dentro de la estructura narcisista”. Otto F. Kernberg
Son el tipo de persona que puede “eliminar del mapa” a los que sienten que son sus enemigos a como de lugar y al precio que sea, son excesivamente competitivos. Difícilmente generan culpa, especialmente cuando existe el trastorno narcisista de la personalidad aunado a otros, cabe mencionar, que al narcisismo se le considera un trastorno psiquiátrico grave de la personalidad y debe ser atendido como tal.
Es impostergable la necesidad de que los políticos tengan conciencia precisa y honesta de su grado de salud mental. Y esto en política sería un signo de auténtico progreso y madurez social”. A. Cuevas
Cuántas guerras y sangre derramada a lo largo de la historia por personajes que no valoran la vida y se creían superiores a todo lo que estaba a su alrededor; es importante que las nuevas generaciones sean educadas en un ámbito de respeto, hacia ellos mismos, para con las personas de su misma especie y hacia todo aquello que cohabita este planeta.
La Megalomanía, un trastorno psicológico peligroso
Conclusión
Sólo somos arena cósmica flotando en la vastedad del universo. Siempre se puede aprender algo de las personas, hay tesoros ocultos y riqueza en la diversidad característica de las personas, no importando su cultura u origen.
El tener el “complejo de dios”, puede ser peligroso, cuando las personas con éstas características están en el poder, resultan ser más nocivos que la dinamita, equivaldría a permitir a un bufón que juegue a ser el pequeño y retorcido dios del mundo. Es importante que se regule, vigile y atienda la salud mental de las personas que se encuentran en la esfera política, representaría un gran avance dentro de la sociedad, pero quizás sólo posible en un mundo utópico y feliz.
Bibliografía: