domingo, febrero 05, 2023

Sobre la Celotipia

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Cuando amamos a alguien nos gustaría que esa persona estuviese con nosotros, que su presencia fuera un elemento más o menos constante en nuestras vidas y hacerla feliz en la medida de lo posible. La idea de perder a la persona amada puede resultar dura y difícil de aceptar, siendo algo que nos produce malestar, angustia y miedo. En ocasiones este miedo se transforma en el temor de que alguien nos lo quite.

En algunas personas, este deseo de mantener la relación con la persona amada puede transformarse en posesividad, temiendo de forma constante que les dejen por otra persona y creyendo en base a este miedo que la pareja les está engañando con otra u otras personas. Y dentro de este grupo de personas hay algunas en que las creencias de que se les está engañando con otras personas se dan de manera persistente y rígida, apareciendo dichas creencias aún cuando hay pruebas de lo contrario y pudiendo provocar problemas graves en la relación, comportamientos controladores e incluso violencia hacia la persona amada o sus posibles amantes.

Estamos hablando de personas que presentan celotipia, un subtipo de trastorno delirante.

Celos y celotipia

Tener celos de alguien es relativamente común. Los celos son un estado emocional negativo (es decir, problemático y desadaptativo) que surge ante la idea de perder algo amado, de que alguien nos quite un bien, una situación o una relación que tenemos y queremos mantener con nosotros.

Sin embargo, si bien querer mantener a nuestro lado al objeto o la persona amada es lógico, la presencia de celos indica un cierto nivel de posesividad que puede llegar a destruir la propia relación existente entre persona y objeto o persona amada, y que además puede dañar a esta última y/o ponerla en una situación de vulnerabilidad. Y es que en muchos casos esta situación se da sin que haya un motivo que pueda provocar los celos, como por ejemplo en trastorno del cual trata el presente artículo.

¿Por qué existen los celos?

Sentir celos alguna vez en nuestra pareja no está lejos de la normalidad, el problema aparece cuando los celos son extremos, excesivos y se llegan a convertir en una obsesión, un trastorno, una enfermedad…

Todo tiene una explicación y es que todas las emociones existen por algún motivo, para realizar alguna función que nos ayude a sobrevivir. Por lo tanto, sentir celos es algo totalmente normal y a lo largo de nuestra filogenia nos ha sido útil para mantener nuestra pareja unida y así, asegurar que nuestros genes se perpetúen.

Las personas sentimos celos cuando creemos o percibimos que otra persona podría arrebatarnos algo que consideramos es de nuestra propiedad, en este caso nos referimos a la pareja, pero también se sienten celos con hermanos, padres, amigos…

Te preguntarás entonces que si es algo evolutivo, por qué no todos somos celosos o por qué unos somos más celosos que otros. Ser una persona celosa tiene mucho que ver con la autoestima. ¿Y qué no tiene que ver con ella?

Las personas con baja autoestima, como ya sabemos, confían menos en sí mismas y son más inseguras lo que provoca que sus percepciones de amenaza por una posible pérdida, sean mucho mayores, ya que tienden a pensar que no están a la altura de los deseos de su pareja y que esta, por lo tanto, tiene muchas posibilidades de fijarse en otro u otra.

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Al ser más inseguras, también tienden más a depender de su pareja para todo, la pareja se convierte en su centro vital, por lo que la posibilidad de pérdida les provoca mucho más temor que a una persona más segura de sí misma, más independiente y con una autoestima más equilibrada.

Los celos también pueden surgir cuando se han sufrido experiencias pasadas de engaños con otras parejas, lo que provoca que seamos más reacios a volver a confiar en alguien, aunque ese alguien no tenga nada que ver con quien nos hizo daño en el pasado.

Lo que acabamos de explicar, aunque es muy desagradable para quien lo padece, entra dentro de la normalidad. Pero existen casos en los que sentir celos se convierte en un serio problema. Ya no se trata de ser una persona simplemente celosa si no de obsesionarse con la idea de que nuestra pareja nos sea infiel a pesar de que no haya evidencias que respalden esta creencia.

Son esas personas que huelen a su pareja cuando llegan a casa, le revisan los bolsillos de la ropa en busca de pruebas, les interrogan todo el tiempo sobre qué han hecho, dónde han estado y con quién, les espían el teléfono…

Estas actitudes acaban por romper la pareja definitivamente. La persona celotípica desea ejercer un total control sobre la vida de su pareja ya que está convencida de que le es infiel y además ve rivales por todas partes, sin motivo racional ninguno. Al final, lo que se consigue es el efecto contrario, la pareja acaba alejándose, rompiendo o incluso siendo infiel.

Hemos comentado que los celos en general, y la celotipia en particular tienen mucho que ver con problemas de autoestima o complejos, así como con experiencias pasadas de infidelidades. Es necesario también que conozcas por qué este problema se mantiene en el tiempo y no se soluciona. Aunque parezca mentira, aparte de la persona enferma, la pareja también tiene mucho que ver en su mantenimiento.

Las conductas que tú, como persona celosa, realizas con tu pareja tales como vigilarlo, interrogarlo, espiar su teléfono, olerlo, llamarlo una y otra vez se denominan conductas de comprobación y seguridad.

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A corto plazo pueden calmar tus celos y provocarte alivio pero a largo plazo lo único que hacen es mantener el problema e incluso agravarlo.

La ansiedad tan grande que te produce no preguntarle a tu pareja sobre por qué esa compañera de trabajo le ha llamado, hace que no puedas evitar asegurarte de que nada hay entre ellos.

La pareja, por su parte, con sus mejores intenciones y para intentar calmarte suele contestar a esas llamadas, a tus interrogatorios, a darte toda clase de explicaciones que de nada sirven, a dejarte su teléfono…etc. lo que también hace que permanezca el problema.

El síndrome de Otelo: trastorno delirante de tipo celotípico

La celotipia sexual o el síndrome de Otelo es un subtipo de trastorno delirante en el que la persona está convencida de que su pareja le es infiel sin que haya motivo que lo justifique. Aparece ante un hecho aparentemente banal que la persona interpreta como sospechoso y sobre el que posteriormente se construye un sistema de creencias, buscando e interpretando datos que parecen apoyarlas.

Estas creencias sobre la posible infidelidad suelen provocar que la persona tenga un elevado nivel de control de las actividades de la pareja, llegando a espiar sus conversaciones y sus actos por tal de intentar pillarlo/a y confirmar las sospechas. La información que la persona busca está sesgada, haciendo interpretaciones anómalas de las respuestas, actitudes y formas de actuar ante otras personas del ser amado de manera que estímulos normales son interpretados como confirmatorios, ignorándose las pruebas e información que contradicen la supuesta infidelidad. En determinadas circunstancias se puede llegar a agredir a la persona amada o a las que se interpreta que son las terceras personas.

Los delirios son sistematizados, es decir que a pesar de no haya pruebas ni motivos que puedan provocar esos pensamientos las ideas en sí presentan una cierta lógica y coherencia interna que hace que sean plausibles. Por este motivo puede resultar complejo hacer ver que se trata de creencias que no se circunscriben a la realidad. Dicho de otro modo, si bien nuestra pareja puede ser fiel no es imposible que las personas amadas puedan llegar a dejar de serlo y/o dejarnos por otra persona, cosa que hace difícil ver que el pensamiento de que nos es infiel no es realista.

Así, la celotipia no es solo experimentar celos muy intensos, sino que implica también una predisposición a desarrollar pensamientos delirantes y por tanto psicopatológicos. Por otro lado, en la celotipia se exacerban los aspectos problemáticos de los celos cuando aquello que se quiere conservar es una persona, como por ejemplo la tendencia a objetificar a ese ser humano, al verlo como un bien que se posee.

¿Quién es más propenso a sufrir estos celos patológicos?

Según las estadísticas que se empleen para analizar este trastorno el sexo con mayor prevalencia varía, pero este trastorno generalmente se ve en consulta en personas a partir de los cuarenta años de edad (probablemente debido a la consideración de que con la edad se va perdiendo atractivo y habilidades, cosa que provoca inseguridad), si bien el hecho de que estamos en una sociedad dinámica con constantes cambios y de que las relaciones se han vuelto más variables e inseguras se ha manifestado en personas cada vez más jóvenes.

Generalmente las personas con celotipia suelen presentar una elevada inseguridad, junto con marcados sentimientos de inferioridad y una forma de ver el mundo según la cual los fracasos suelen ser atribuidos a variables externas, globales y estables, con lo que problemas en la relación son considerados como indicadores de que existe alguien más.

Debido a estas dudas e inseguridades es frecuente que muchos de estas personas consuman grandes cantidades de alcohol y otras sustancias, que a su vez empeoran la capacidad de juicio y causas un mayor sesgo cognitivo.

La otra cara de la moneda: la pareja

El o la cónyuge puede pensar inicialmente que la manifestación de celos de la persona con celotipia es una expresión de amor e incluso interpretarse como algo positivo, pero con el tiempo y la repetición de las sospechas y dudas la situación comienza rápidamente a volverse aversiva.

El hecho de ser constantemente controlado por la pareja y las dudas constantes de la persona que padece el trastorno sobre la relación provocan un elevado nivel de estrés y frustración, pudiendo llevar a la pareja incluso a presentar trastornos de ansiedad o depresión. Y es que todas estas circunstancias provocan un elevado nivel de conflictividad con la pareja, siendo frecuente la presencia de acusaciones infundadas y un elevado nivel de insatisfacción y sufrimiento por parte de ambos.

En ocasiones la persistencia del problema podría incluso llegar a provocar una situación de profecía autocumplida, en el que el sujeto cansado de la situación decida abandonar la relación o hacer realidad la sospecha de infidelidad.

Causas de los celos patológicos

Las causas de la celotipia pueden ser muy variadas. El hecho de haber vivido anteriormente situaciones de infidelidad hace que nazca en algunas personas un elevado sentimiento de inseguridad y una tendencia a considerar que futuras parejas puedan y vayan a hacerles lo mismo.

También es frecuente que aparezca en personas con familias desestructuradas y modelos parentales donde sea frecuente la presencia de inseguridad en la pareja y de infidelidad. En ocasiones estas personas han considerado que la situación o separación de sus progenitores es culpa suya (como ocurre en casos de niños con padres divorciados), o que la presencia de engaños e infidelidades es un hecho habitual en las relaciones de pareja.

En cualquier caso, se sabe que las crisis familiares acentúan todos los potenciales problemas que pueden darse en este ámbito, y los celos forman parte de estos. La incertidumbre acerca de lo que va a pasar y la inseguridad hacen que se empiece a desconfiar más y que los celos ganen fuerza.

Celotipia desde el Psicoanálisis

Algunos autores de tendencia psicoanalítica consideran que la causa de este tipo de fenómeno es un debilitamiento del propio yo y sus límites, proyectando partes de la personalidad en otras personas, en este caso el o la cónyuge. De este modo, personas inseguras y muy sexuales proyectarían su inseguridad sobre su pareja, apareciendo el miedo compulsivo de que tengan dudas respecto a la relación y busquen a alguien mejor. Los sentimientos de inferioridad de estos pacientes, que sienten tener poca importancia, son enfrentados a través de la negación y la proyección.

Otra de las posibles explicaciones plantea que el delirio es debido a un intento de dar una explicación lógica a una percepción en apariencia extraña, explicación que tranquiliza a la persona respecto a la incertidumbre que provoca la percepción. Así, un hecho normal es interpretado de forma anómala, derivando esta interpretación en un sistema de creencias que se mantiene en el tiempo a pesar de que puedan ser infundadas.

¿Cómo puedo dejar de ser celotípico/a?

Existen algunos puntos importantes que son necesarios tocar si queremos dejar de ser unas personas celosas obsesivas que ven cosas que en realidad no existen. Estos son algunos de ellos que podemos empezar a poner en práctica desde hoy mismo, para luego pensar en responsabilizarte en seguir un tratamiento.

1. Reconoce que hay un problema

No sirve de nada desear solucionar el problema de celos si no aceptamos ni reconocemos que tenemos ese problema. Muchas veces, nos cuesta admitir que estamos equivocado, que no somos perfectos. Pero, es necesario hacerlo.

Además, es muy importante que entiendas que tienes un problema, cómo ha surgido y por qué se mantiene en el tiempo, así encontrarás un sentido al tratamiento psicológico.

2 Exponte a tu miedo

Exponte a las situaciones que te provocan ansiedad pero sin llevar a cabo las conductas de seguridad de las que hemos hablado. Es decir, si antes, cada vez que tu pareja salía solo le llamabas cada dos por tres, ahora tendrás que dejar de llamarle y si lo haces, tu pareja, por tu bien, no debe cogértelo. ¿Es duro? Muchísimo, pero es la única manera de aprender a confiar en él o ella.

3 No puedes controlarlo todo

Asume que las certezas absolutas no existen en la vida. Cabe la posibilidad de que tu pareja te engañe por mucho que no quieras que ocurra, no puedes controlarlo todo. Si tu pareja quiere serte infiel, lo será. Estés tú encima o no, ya encontrará las maneras, así que no pierdas el tiempo.

4 El mundo no gira alrededor de tu pareja

Haz tu vida más rica, que la pareja no sea tu centro vital. Rodéate de amigos, practica algún hobby en solitario o con otras personas que no sean tu pareja. Te ayudará a tener la mente despejada y que compruebes que no solo existe esa persona en el mundo.

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5 Observa tus pensamientos negativos

Identifica tus pensamientos negativos y modifícalos por otros más racionales. Si cada vez que llama alguien al teléfono de tu pareja piensas: “Seguro que es la amante”, cámbialo por uno más adaptado a la realidad, por ejemplo: “Podría ser un amigo o un compañero de trabajo”.

En los celos hay más amor propio que amor”
         -François de la Rochefoucauld-

Tratamiento

El tratamiento de un trastorno delirante puede resultar complejo debido a la gran cantidad de factores y agentes a tener en cuenta. En el caso del subtipo celotípico del trastorno delirante algunas de las pautas a aplicar en el tratamiento son las siguientes.

1 Concienciación y modificación de creencias disfuncionales

Tratar este tipo de problemática requiere de la modificación de las creencias disfuncionales del paciente, con lo que se suele emplear un tratamiento de tipo cognitivo-conductual. El tema delirante no debe ser confrontado directamente, sino que ha de hacerse una aproximación progresiva y establecer una relación de confianza para que el paciente exprese sus miedos.

Se pretende que, poco a poco, el paciente haga conscientes y verbalice sus miedos al respecto y lo que supondría para él o ella la existencia de una infidelidad. Así el propio paciente reflexiona poco a poco sobre sus creencias, como ha llegado a tenerlas y la lógica y coherencia de sus argumentos.

Posteriormente se ha proceder haciendo ver al paciente que su interpretación es únicamente una de las muchas interpretaciones posibles, haciéndole reflexionar sobre otras opciones. Culpabilizarse a sí mismo o a la otra persona empeora la situación, con lo que se debe evitar y redirigir las sensaciones que la situación provoca. Relativizar y decatastrofizar la presencia de una infidelidad ha demostrado ser también de una cierta utilidad en algunos casos.

Asimismo, se hace necesario hacer ver al o a la paciente que si su pareja está con ellos es porque la valora y quiere estar con él/ella. También se ha procurar que la persona vea que es lógico y normal que otras personas puedan encontrar atractiva a la persona amada y que esto no implica que ésta les vaya a corresponder.

2 Exposición en imaginación y prevención de las conductas de control

Como hemos dicho es muy frecuente que las personas con síndrome de Otelo realicen una serie de conductas con el fin de controlar y asegurarse de si su pareja les está o no siendo fieles. Estas conductas son reforzadas a través de un proceso de condicionamiento (comprobar que no hay nada les tranquiliza temporalmente, cosa que provoca posteriores comprobaciones que evitan la ansiedad). En estos casos se hace necesario hacer que el o la paciente sea capaz de tolerar la incertidumbre y la ansiedad.

Para ello uno de los tratamientos más exitosos es la exposición con prevención de respuesta. Así, se pretende que la persona imagine de una forma graduada situaciones en que la pareja le es infiel y controle la necesidad de realizar comprobaciones al respecto. Esta exposición ha de ser gradual y pautada entre el terapeuta y el paciente, de cara a hacerla tolerable y eficaz

3 Terapia de pareja

Se ha mencionado antes que la persistencia de la actitud celotípica provoca graves problemas en la relación de pareja, afectando y provocando un gran sufrimiento en ambas partes.

Por este motivo es recomendable la realización de terapia de pareja, encontrando un espacio en que ambas personas puedan manifestar sus dudas y sentimientos. Del mismo modo, hacer ver tanto a la persona con celotipia como a su pareja qué debe sentir el otro puede resultar de utilidad para valorar de una forma más correcta la situación.

Este tipo de intervenciones son importantes porque abordan la problemática de forma global, sin centrarse en los individuos sino en los grupos y en las dinámicas relacionales. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en la mayoría de los casos también es necesario acudir a sesiones de psicoterapia de manera individual, sin el otro miembro de la pareja, para trabajar aspectos específicos de la gestión de las emociones y explorar más en profundidad las predisposiciones psicológicas problemáticas de la persona.

Fomentar la comunicación es fundamental para mejorar la situación. y aumentar la confianza mutua dentro de la relación resulta fundamental, haciendo ver al celotípico que el hecho de que su pareja le es infiel es menos probable de lo que cree y a la pareja que la actitud de la persona celotípica es debida a un trastorno que se está tratando y que precisa de su ayuda para superarse.